ARANZANZU Y LA OVEJA QUE NO BALABA
Día
1: Llegamos al medio día al monasterio de los
franciscanos, donde nos recibieron muy bien. Después comimos estupendamente, mas tarde nos asignaron las habitaciones individuales y compartidas
Una vez finalizada la visita a la universidad y
terminadas las explicaciones nos dirigimos a
un centro de interpretación de chocolate, donde nos contaron un poco la
historia del cacao y nos explicaron la elaboración del chocolate y sus
derivados, después tuvimos la ocasión de degustar varios tipos de chocolate; Al
sobrarnos un poco de tiempo fuimos al bizipoz a tomar un café y luego subimos a
comer, a la una y media en punto como buenos chicos.
Una vez más fuimos afortunados a la hora de comer y nos
deleitaron con abundantes y exquisitos víveres de los cuales dimos buena
cuenta.
Por la tarde, mientras nevaba con intensidad moderada a
fuerte, nos llevaron al parketxe, situado al lado de la basílica de Arantzazu,
donde fuimos deleitados con un video explicativo sobre los montes fauna y flora
guipuzcoana y nos enseñaron el lugar.
A media tarde, después de comer un poco más de
chocolate, tuvimos una visita guiada por
el interior de la basílica y parte de la casa de los frailes, donde una vez más
nos contaron historias de tiempos pasados.
A las siete pm. fuimos obsequiados con un maravilloso
concierto de la coral de Oñati, el cual nos dejó a todos gratamente
sorprendidos y tuvimos la oportunidad de cantar con ellos, más mal que bien,
todo hay que decirlo.
Para finalizar el intenso y ajetreado día una vez más
fuimos agasajados con manjares dignos de los más sagrados dioses y comimos
hasta reventar, siempre bajo presión y a la prisa para no molestar más de la
cuenta, lo cual volvió a causar alguna que otra indigestión.
Como siempre de sobremesa echamos una partidita al
uno…y a otros juegos de cartas.
Dia 3- Para comenzar el día con alegría fuimos despertados a las
ocho en punto por una musiquilla difícil de definir similar a una jota
aragonesa.
Una vez
limpitos y acicalados bajamos a desayunar; para no perder costumbre, comimos
todo lo que pudimos y mas y con el habitual empacho procedimos a dejarlo todo
medianamente recogido.
A las diez
en punto fuimos trasladados en los coches de los voluntarios (a los cuales queremos agradecer su amabilidad y buena disposición) a las cuevas de
Arrikrutz, donde mientras llovía como si se acabase el mundo nos pusieron un
video explicativo y después nos adentraron en el maravilloso mundo de las
cavernas.
Como todos
los medio días a la una y media en punto bajamos al comedor a por nuestra
última comida, la cual acogimos con nostalgia y apetito y tratamos de comer por
nosotros y por todos nuestros compañeros, para no perder costumbre, una vez mas
,comimos o mas bien engullimos, sometidos a las miradas presionantes del fraile
y la cocinera.Y este, queridos lectores fue el final de nuestra aventura, una indigestión por empacho de despedida y vuelta para casa, algunos en furgoneta, otros en autobús de línea.
¡FIN!


No hay comentarios:
Publicar un comentario